“Esta carrera la ganas seguro”, “Te vas a salir en la marcha”, “Esta competición está pensada para ti”, “Vas a arrasar”… Cuantas veces hemos oído o dicho a alguien frases de este tipo, y ese ciclista (o nosotros mismos) ha acabado muy mal, sin cumplir las altas expectativas creadas en torno a él o incluso no ha sido capaz de acabar la prueba.
Hay ocasiones en los que la presión externa, hace aumentar la propia que ya tenemos nosotros, y que el día D, nuestras piernas y sobre todo nuestra cabeza se bloqueen y no rindamos ni de lejos como queríamos ni como creían los demás. Se produce lo que se denomina Miedo al éxito.
Está claro que no todo el mundo responde igual ante estas situaciones. Para muchos puede ser un importante estímulo que aumente la motivación, fortalezca la auto-confianza y le haga rendir incluso mejor de lo esperado.
Pero en otros casos, estas expectativas sobre nosotros mismos, pueden generar miedo a fracasar, miedo a defraudar a quienes tanto confían en nosotros, y ese miedo supondrá un alto nivel de estrés y de activación, con las consiguientes consecuencias negativas que ya hemos comentado otras veces en la página.
¿Y qué podemos hacer?
Como en la mayoría de los aspectos psicológicos, centrarnos en lo que depende de nosotros.
No podemos controlar los comentarios externos, pero sí tratar de que no nos influyan y no dejarnos llevar por ellos, no dejarnos caer en la “falsa auto-confianza”. En la mayoría de las ocasiones, van a ser comentarios de buena fe, para animarnos y motivarnos, y sin saber que los mismos muchas veces provocan el efecto inverso.
De ahí que sea fundamental siempre tener los pies en el suelo. Tener muy claro quiénes somos, nuestras fortalezas y debilidades, qué podemos hacer y qué no. Los comentarios son de agradecer, porque indican confianza en nosotros, indican ganas de que hagamos las cosas bien y tengamos un buen resultado.
Por tanto es imprescindible, como siempre y en primer lugar, planificar correctamente la marcha/competición, basándola en lo que depende de nosotros, como ya he comentado en artículos anteriores.
Si tenemos muy claro nuestro plan, nos servirá para, como ya hemos dicho, no dejarnos llevar por la euforia externa ni las expectativas de los demás. Debemos centrarnos en nuestras propias expectativas, que serán lo más ajustadas a la realidad que sea posible.
Y por supuesto en el plan previo, para evitar la ansiedad pre-competitiva que nos podrían causar “los demás”, sus comentarios e incluso nosotros mismos (si nuestras expectativas y pensamientos no son realistas), debemos prever siempre esas situaciones y no dejarnos arrastrar por ellas, mantener la cabeza en su sitio y relativizar todo lo que nos puedan decir y su efecto.
¿Y qué ocurre si nos hemos dejado llevar por la euforia previa y a mitad de la prueba/marcha/salida no vamos a lograr lo que queríamos ni remotamente?
Si hemos llegado a esta situación, será o bien porque no hemos planificado y nos hemos metido de lleno en esa corriente eufórica o porque a raíz de esa euforia externa, hemos planificado incorrectamente y sin tener en cuenta todas las situaciones problemáticas que podrían darse.
Salimos a ganar porque nos ven ganadores. Mitad de la carrera y las piernas no funcionan, las pulsaciones van por las nubes, las sensaciones son malas, posición en mitad de la nada, la cabeza diciéndonos “Qué mal, íbamos a ganar y mira donde estamos”, “Vamos a defraudar a mucha gente que confiaba en nosotros”. (Siempre pongo el ejemplo de la competición porque es más gráfico, pero la situación puede ser la misma en una marcha o en una salida de Domingo con los amigos).
¿Qué puedo hacer en ese momento?
Ni remotamente vamos a cumplir los ambiciosos objetivos marcados. No tenemos plan alternativo porque dábamos por hecho que todo iba a ir como la seda.
¿Me retiro? ¿Continúo arrastrándome? Puede ser positivo o negativo tanto una como otra respuesta. Lo importante es aprender para la próxima vez. Ser conscientes plenamente de que no podemos caer de nuevo en esta espiral. Si decidimos retirarnos, analizar bien lo que ha sucedido, y si decidimos continuar para acabar al menos, reorientar nuestro plan, cambiar de objetivo aunque sea a mitad de la prueba para seguir adelante lo mejor posible y no hundirnos del todo, utilizando en la medida de lo posible las diferentes estrategias psicológicas para los momentos complicados (por ejemplo, detención de pensamiento y auto-instrucciones). Si hemos logrado acabar, analizar igualmente correctamente lo que nos ha sucedido. Y sea cual sea la decisión tomada, tener en cuenta en nuestra planificación posterior este aspecto, por si vuelve a aparecer, saber cómo contrarrestarlo.
Es fundamental que nuestra autoestima y auto-confianza no se resientan. Pueden aparecer emociones y pensamientos negativos muy intensos, por lo que tenemos que tratar de controlarlos y tomarlo como es, una situación que se ha dado en un momento concreto de la que debemos aprender en el futuro. La experiencia es la que muchas veces nos va a resultar fundamental en esas situaciones. Es fácil que se dé esta situación, pero si sucede, es muy probable que no vuelta a repetirse ya que lo normal es que hayamos aprendido a reconocer por qué se ha producido y sabremos detectarla si hay indicios de que pueda darse de nuevo ya que la tendremos en cuenta en los días previos a una carrera o marcha.
Espero que esta nueva entrada os sea de utilidad, y como siempre, quedo a vuestra disposición para cualquier consulta, comentario, crítica o duda que os surja, e igualmente para cualquier aspecto que querais que trate en un artículo.
Un saludo!!
Miedo al éxito , es interesante, desde que os recibo no puedo parar de mirar todas vuestras sugerencias y me alegra cuando recibo uno más, sois lo mejor en español, me encata vuestra presentación y el curre que hay detrás. Un beso y un abrazo, nos alegrais la vida.
Muy interesante y útil,como siempre.
Sigue escribiendo estos artículos tan buenos como hasta ahora.
Un saludo